domingo, 7 de marzo de 2010

Convienen los préstamos que ofrecen los bancos para cancelar saldos de tarjeta?

El motor que apalancó el crecimiento económico de los últimos años, el consumo, fogoneado a través de los préstamos, atraviesa desde hace algunos meses un estado de virtual amesetamiento, arrastrado por el cambio de expectativas de la sociedad, a partir de la incertidumbre política local y la crisis global.

Sólo cuatro de cada diez personas pueden cancelar el total. En tanto, el 60% restante apenas puede pagar el mínimo o una parte del saldo.

Los bancos tomaron nota de esta situación y apuntan su artillería a ampliar la batería de ofertas tendientes a permitirles a los clientes que puedan achicar sus saldos y, al mismo tiempo, darles más posibilidades para que sigan consumiendo.

“Para un banco no es negocio que el cliente pague la totalidad de su consumo con tarjeta de crédito, ellos ganan con el financiamiento”. Pero, por otro lado, también necesitan mantener bajo control la cartera de irregularidad”, recordó una fuente del sector.

En este escenario, se han ido ampliando y promocionando alternativas para equilibrar el financiamiento y la mora.

Es así que ofrecen préstamos personales, a sola firma, como la alternativa para cancelar el saldo de la tarjeta de crédito, en 3, 6, 9, 12 y hasta 24 cuotas, según el detalle de tasa nominal (TNA) y costo financiero total (CFT) que el cliente puede encontrar al pie del resumen de gastos que recibe mes a mes.

“Para mitigar la tasa de morosidad, que ha venido en aumento durante el primer semestre del año, los bancos salieron a achicar los saldos de financiación del plástico, a cambio de ofrecer préstamos personales. Es por ello que se aprecia una pequeña suba en el monto de estos créditos, al mismo tiempo que se observa una baja en el saldo financiado con tarjetas”, explicó Gustavo Giraldez, especialista de Notibancos.com.

La mora en el ojo de la tormenta

Cuando un cliente posee saldo impago se le ofrece, desde la propia tarjeta, cancelarlo en cuotas. En muchos casos, lo que se hace es recategorizarla, reduciéndole el límite de compra y el de crédito de la tarjeta.

Según explicaron a iProfesional.com directivos de entidades bancarias, la estrategia apunta a actuar rápidamente para reducir -o mantener bajo control- la cartera irregular.

Es decir, apenas detectan un pago incumplido se contactan con el cliente para hacerle recordar el vencimiento y ofreciéndole alguna variante de refinanciación, llevándole la deuda a mayor plazo para abaratar así las cuotas y facilitándole su cancelación progresiva.

Claro está que, “este rollover de gastos mantiene al cliente cautivo y el banco puede mejorar los índices de morosidad de su cartera”, explicó Giraldez.

Lo mejor para el usuario

A la hora de saber si conviene aceptar la propuesta de tomar el préstamo ofrecido por la entidad para cancelar todo el saldo del plástico, o seguir financiándose pagando una parte del resumen, fuentes del sector explicaron que la tasa de interés es muy similar ya que, en ambos casos, se encuentran entre los 28 y 37 puntos.

Es que por la Ley de Tarjetas de Crédito, no puede superar en un 25% a la cobrada por préstamos personales.

Marcos Bazán, socio de Deloitte, explicó que es muy común que los bancos salgan a fomentar los préstamos personales, y para eso bajan algunos puntos las tasas. De todos modos, coincidió en que las diferencias son mínimas y mientras la tasa de financiamiento del saldo puede ser de 35 puntos, en los préstamos puede ser de 30 por ciento.

Entre las tarjetas se pueden observar algunas propuestas de financiamiento, en las cuales se observa que el costo financiero total llega a un 50%, aproximadamente:

* Visa, con su Plan V, ofrece pago en 3 cuotas con una TNA de 32% y un CFT de 46 por ciento. Los montos se van incrementando según las cuotas, hasta llegar a 24 cuotas con una TNA de 41% y un CFT de 49 por ciento.

* En el caso de American Express, las opciones son el financiamiento mínimo de 3 cuotas con una TNA de 29% y un CFT de 42%; y el máximo de 24 cuotas con una TNA de 29% y un CFT de 42 por ciento.