lunes, 26 de mayo de 2008

La pirámide de la riqueza: de dónde se ubique dependerá su futuro


La fuerza relativa de la esperanza, el miedo y la aspiración determinan su cartera de inversiones. La pirámide está estructurada para atender las necesidades asociadas a la seguridad, potencial y aspiración. En la base se encuentran los valores diseñados para ofrecer seguridad a los inversores. Luego vienen los bonos y en el tope las inversiones más especulativas. ¿Dónde se ubica ud?


Ustedes podrían sentirse identificados con una pareja en que ambos son profesionales que se encuentran cercanos a los 40 años de edad y tienen un hijo de 10 años. Como muchas parejas, ambos dos tienen actitudes diferentes respecto del dinero.

Posiblemente, a usted como mujer lo que más le preocupa es la “seguridad” de la riqueza familiar, mientras que su principal objetivo como hombre sea el crecimiento futuro y asegura que está dispuesto a correr riesgos para obtener ganancias futuras.

La emoción dominante en estas mujeres es el “miedo”, que las impulsa a insistir en la seguridad, mientras que el caso de los hombres, la emoción dominante es la “esperanza”, que los motiva a destacar el potencial. ¿Existe alguna manera de reconciliar estas emociones contradictorias de forma tal de poder armar la “cartera de inversiones familiar” respetando la tolerancia al riesgo de ambos y cumplir los objetivos financieros planeados?

La respuesta la podemos encontrar en lo que podemos definir como la “pirámide de la riqueza”. La pirámide está estructurada para atender las necesidades asociadas a la seguridad, potencial y aspiración. En la base se encuentran los valores diseñados para ofrecer seguridad a los inversores. Estos incluyen fondos de plazo fijo o de dinero y certificados de depósito a plazo fijo.

En el siguiente nivel de la pirámide están los bonos. Este nivel sirve para que los inversores destinen inversiones particulares para alcanzar metas específicas. Un ejemplo sería comprar un bono para financiar la meta de brindar a los hijos una educación universitaria que venza al comenzar dicha etapa. En el nivel inmediato superior de la pirámide están las acciones y los inmuebles, de los cuales se espera que se aprecien y tengan potencial de prosperar.

En el pináculo de la pirámide se ubican las inversiones más especulativas, como las acciones de commodities y los billetes de lotería, que se adquieren con la esperanza de tener una oportunidad de volverse rico. En palabras de Robin Pope (1983): “después de decidir dedicar una fracción de los fondos del gasto familiar a comprar un billete de lotería semanalmente, las amas de casa sueñan, desde los 19 hasta lo 99 años, que se convertirán en millonarias después del siguiente sorteo”. Otros llaman a esta porción “inversiones de dinero loco”. Para los no tan atrevidos, mi recomendación sería mantener la parte especulativa de una cartera de inversiones por debajo del 5%.

La distribución de la riqueza entre los otros estratos de la pirámide surgirá de la interacción de la fuerzas relativas de la esperanza, miedo y aspiración, existiendo por lo tanto tantas combinaciones posibles acorde a la necesidad de cada persona. Para aquellas personas que son más tolerantes al riesgo y que disponen de tiempo suficiente para conseguir sus objetivos financieros a destacar las acciones en su mezcla. Las 2 reglas generales serían: la proporción de acciones a tener surgirá de restar 100 menos la edad (si se tiene 40%, se debería invertir 60% del ahorro en acciones) y siempre cuando se esté a más de cinco años de la meta a cumplir. Ahora, cuando una meta financiera está al alcance de la mano, el miedo y la aspiración se combinan para favorecer una estrategia más conservadora en donde se ponderen más los bonos y los depósitos a plazo fijo.

Tanto los bonos y acciones argentinas y brasileñas están dando “señales fuertes” de una posible fuerte apreciación: en el primer caso, dado que Argentina no sufre de una “crisis económica” sino “de marketing”, la solución del problema con el campo podría se el primer paso de una fuerte resuperación de precios. En el segundo caso, la reciente nota obtenida de “país grado de inversión” otorgada por la Calificadora de Riesgos Standard and Poors presagia un potencial de apreciación del índice de acciones Bovespa del 25% hasta fines de año.

Usted decide en que parte de la pirámide se quiere ubicar. Jugar al TA-TE-TI, no parece la alternativa más eficiente de decisión. Dejarse llevar sólo por el miedo o la esperanza tampoco. Una solución “salomónica” aparece como lo más razonable.

Fuente: http://www.portofoliopersonal.com/

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