miércoles, 17 de julio de 2013

¿Está lejos una crisis De balanza de pagos?

Entendemos una crisis de balanza de pagos cuando se produce una corrida sobre las reservas internacionales en forma brusca frente a la expectativa de que la autoridad monetaria abandonaría la paridad actual. En los últimos meses, y pese a los esfuerzos del Gobierno por frenar la salida de capitales, hemos tenido una fuerte caída en las reservas del Banco Central.

Si bien es imposible determinar el momento en el que pudiera producirse la crisis, lo cierto es que de acuerdo con la literatura clásica sobre el tema (Krugman, 1979; Flood and Garber, 1983 y otros), el problema central que determina la crisis es la inconsistencia entre la tasa de devaluación y la tasa de emisión monetaria. Cuando la segunda supera a la primera de forma permanente comenzarían a darse las señales de la crisis.

Para comprender esto debemos mirar las cifras fiscales, que determinan en última instancia parte de la emisión del Banco Central. El año 2012, sobre la base de los datos publicados en el esquema ahorro-inversión base caja del Ministerio de Economía, culminó con un déficit financiero global que alcanzó los $ 55.563 millones, aproximadamente el 3,1% del PBI. Si llevamos la cifra a dólares corrientes, las necesidades financieras alcanzarían los 10.000 millones de dólares al tipo de cambio oficial para el total de 2012.

Panorama

Las perspectivas fiscales para el año son realmente preocupantes. La duda radica en qué mecanismo utilizará el Gobierno para financiarse. Si tenemos en cuenta que la Argentina basa su financiamiento, salvo alguna nueva ocurrencia confiscatoria, con la colocación de deuda a la ANSES y la emisión monetaria, la noticia resulta alarmante. De proyectarse las cifras fiscales, las perspectivas nos indican que iríamos camino hacia una corrida cambiaria. Resulta útil recordar que el año 2001 culminó con un déficit calculado de la misma manera de aproximadamente 8.700 millones de dólares. Si bien las características son diferentes por diversos motivos, es nuestra obligación aclarar que cuando la tasa de emisión monetaria supera a la tasa de devaluación, los fundamentos de la economía se encaminan a una crisis de balanza de pagos. Esto implica una devaluación brusca de la moneda, con las consecuencias indeseables que ello determina en materia de descontrol monetario y distribución del ingreso.

En los primeros cuatro meses del año, último dato disponible a nivel oficial, el déficit fiscal resulta un 25% superior al registrado en el mismo período de 2012. De mantenerse el estancamiento de la economía argentina, las complicaciones fiscales vendrán sin que nadie las llame. Las perspectivas de mayor emisión futura determinarán caídas en la demanda de dinero que acelerarán la caída de reservas, pese a todos los intentos para evitarlo.

No queda mucho tiempo antes de que la situación sea insostenible; la pregunta que todos deberíamos hacernos sería: ¿cuál es el límite de reservas que el Banco Central está dispuesto a perder con este mecanismo? Sin duda no sabemos hasta dónde pueden llegar sin aceptar la situación.

Los 37.000 millones de dólares de reservas pueden caer muy rápido. Es obligación del Gobierno mostrar señales claras hacia una disminución del gasto y de la emisión. Hasta octubre esto parece imposible. Jugamos contra reloj.

(*) Centro de Economía Aplicada, UCEMA.

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