lunes, 18 de junio de 2012

Tener un mercado desdoblado siempre derivó en una crisis

Si el Gobierno mantiene el desdoblamiento cambiario de facto, o implementa un régimen similar en términos formales, habrá innovado en la historia del mercado paralelo en la Argentina, que siempre comenzó con escasas reservas en el Banco Central y malos términos de intercambio comercial para el país.


Lo que no podría evitar, según especialistas en historia económica, es el final calcado de cada uno de esos episodios: una suba fuerte de la inflación y crisis económica, más allá de habilitar buenos negocios especulativos por la diferencia entre cada uno de los tipos de cambio vigentes. El siglo XIX marcó el inicio de los controles cambiarios y de las cajas de conversión (en 1867, 1884 y 1899), que trataron de estabilizar procesos de inestabilidad financiera y valorizar la moneda nacional. Sin embargo, al igual que ocurrió un siglo después con la convertibilidad 1991-2001, el éxito inicial de estas experiencias derivó en situaciones de apreciación cambiaria con epílogos críticos.

El historiador José Carlos Chiaramonte recordó que "tanto aquellas decisiones como las adoptadas últimamente en términos de control cambiario y de las importaciones parten de la pelea entre aquellos que quieren un tipo de cambio bajo y los que fomentan las exportaciones". En el siglo XX, se retomó el esquema de controles cambiarios en 1931, durante el gobierno militar de José Uriburu, quien, según un historiador económico, a priori intentó evitar una devaluación fuerte para no aumentar la deuda externa. La disyuntiva se repitió en las siguientes décadas hasta ahora: devaluación fuerte versus controles férreos. En 1933, con Agustín Pedro Justo en la presidencia, en plena "década infame", se pasó a un sistema cambiario dual: uno oficial y otro libre; por el segundo circulaban las utilidades y dividendos de las empresas.

Los controles se mantuvieron en la primera presidencia de Juan Domingo Perón, cuando, según los historiadores, nació la histeria por el dólar que nunca dejó de acompañar a la sociedad. "¿Alguien ha visto un dólar?", dijo el fundador del justicialismo frente a la multitud. Roberto Cortés Conde, de la Universidad de San Andrés, recordó que, tras una temporal unificación y liberalización cambiaria, "hubo que reinstalar los controles cuando Perón decidió pagar la deuda y nacionalizar los ferrocarriles".

El gobierno militar que derrocó en 1955 al peronismo decidió unificar nuevamente el tipo de cambio, hasta que en el gobierno de Arturo Frondizi volvió a multiplicarse, con el costo de que el país sufrió, por primera vez, una inflación del 150%. La llegada de José María Guido al poder por medio del golpe cívico-militar aceleró las expectativas de una mayor devaluación, que Arturo Illia intentó controlar con un sistema de "crawling peg", de devaluación progresiva. En los 70, tras el caótico panorama en el justicialismo, la estabilidad alcanzada con la "tablita" de la dictadura de Jorge Rafael Videla -con José Martínez de Hoz como ministro- fracasó en 1980, por lo que un año después se desdobló nuevamente el mercado cambiario en un crítico contexto. Tras una transitoria reunificación, en la Guerra de Malvinas, volvió a partirse, en un marco de una inestabilidad que perduró hasta 1985, cuando el gobierno de Raúl Alfonsín implantó el Plan Austral y logró un año y medio de cierta calma.

El Plan Primavera de 1987 revivió un dólar "financiero" y otro "comercial", en una situación que terminó con las hiperinflaciones de 1989 y 1990. La siguiente década de estabilidad, combinada con un alto déficit fiscal y atraso cambiario, desembocó en el estallido de fines de 2001. Cuando el gobierno de Eduardo Duhalde devaluó en 2002, puso en marcha un dólar comercial a $ 1,40 y otro financiero, que rozó los $ 4 en marzo, provocando el temor a una hiperinflación y su posterior reunificación. Diana Mondino, de la Ucema, dijo que "el desdoblamiento siempre trajo efectos nefastos, salvo para los que hicieron negocios con los dólares baratos". En cambio, la consultora Economía & Regiones opinó que si se pone en marcha con altas reservas y buenos precios de las materias primas el desdoblamiento tendrá más chances de éxito que en el pasado.

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