jueves, 17 de abril de 2008

Vivir de las rentas


¿A quién no le gustaría vivir de sus rentas?

Entendemos por vivir de las rentas cuando se generan suficientes ingresos pasivos para cubrir todos los gastos que se tienen de acuerdo con un estilo de vida.

Se entiende por ingreso pasivo, al ingreso que obtenemos sin tener que trabajar para adquirirlo; el ejemplo más sencillo son los intereses bancarios, lo único que debemos hacer es conservar el dinero en la institución, y por ello recibimos dinero a cambio.

Vivir de las rentas no es tarea fácil, y mucho menos si estamos acostumbrados a un estilo de vida costoso, sin embargo, es posible probar en pequeñas dosis y ver qué se siente.

¿Para qué?, esta puede ser nuestra motivación al ahorro. A mí particularmente me ha servido esta “técnica”, la de comparar el costo de alguna “extravagancia” o un lujo con lo que me he ganado en intereses, y si los intereses son mayores, me hago la idea de que este gasto va “a cuenta del banco”.

E incluso hasta he llegado a sacar cuentas de en cuántos meses voy a generar la cantidad de intereses suficientes como para darme ciertos gustos, y el efecto psicológico de hacer tal ejercicio, a mí particularmente me ha ayudado a ahorrar, porque en ciertos casos ni siquiera tengo que tocar mis ahorros, de manera que el esfuerzo por ahorrar no es en vano.

Lo interesante es que podemos llevar esta “técnica” a la escala que queramos y comenzar con cosas muy simples y con inversiones muy lejanas a producir una rentabilidad respetable.

Los invito a hacer el siguiente “experimento”: si la mayoría es como yo, que todavía no ha encontrado un negocio o una inversión lo bastantemente rentable, y no le queda otra que seguir con el dinero en el banco (todos sabemos que los bancos no son precisamente la mejor forma de hacer rendir el dinero), coloque mil pesos (cifra no muy baja, pero tampoco excesivamente alta) en un plazo fijo por 30 días que rinda el 12% anual (hoy en día, esa es la tasa que en promedio están ofreciendo las instituciones bancarias en colocaciones a plazo), lo cual es bastante realista.

Esa inversión va a generarle en un mes la cantidad de 10 $ (1% mensual), equivalente a una entrada de cine, de manera que el próximo mes (tiene que esperar un mes para obtener los intereses) puede ver una película haciéndose de cuenta de que la entrada “corre por cuenta del banco” y usted sólo compra los pochoclos.

Por supuesto, la idea de toda inversión es que el dinero se multiplique para al menos conservar el poder adquisitivo, y no simplemente tener lo que se ahorró y gastarse todos los intereses;

Albert Einstein describió el interés compuesto como el poder más grande creado por el hombre, y debemos hacer uso de ese “poder” que está en nuestras manos.

Pero tomar un poco de los intereses, de vez en cuando para pagar ciertas cosillas, no hace daño y (al menos en mi caso) puede llegar a ser bastante reconfortante y motivador.

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