sábado, 8 de agosto de 2009

La teoría Maradona predice un dólar a $ 4,10

La llamada “teoría Maradona” de la política monetaria predice un dólar a $ 4,10 hacia fin de año. La explicación en sencilla, hasta ahora el Banco Central amagó con subas y bajas, pero a lo largo del año mantuvo una devaluación casi lineal con un promedio de 4 centavos por mes. Sólo hubo una excepción: en octubre pasado, cuando el estallido de la crisis internacional y la quiebra de Lehman Brothers obligaron a acelerar la devaluación.

Bajo el nombre de teoría Maradona, el titular del Banco de Inglaterra, Mervyn King, graficó la decisión de política monetaria con el segundo gol que el astro de fútbol hizo a los ingleses en el mundial de 1986.

En palabras de King, el gol “ilustra perfectamente el poder de las expectativas. Maradona corrió sesenta yardas batiendo cinco defensores. Pero lo verdaderamente asombroso es que corrió en línea recta.

¿Cómo pudo batir cinco jugadores corriendo en línea recta? La respuesta es que los defensores ingleses reaccionaron a lo que ellos esperaban que Maradona hiciera, que se mueva a la izquierda o a la derecha, y por eso pudo convertir el gol”.

El titular del Banco de Inglaterra puso así de manifiesto la importancia de las expectativas para la política monetaria. Aunque el ejemplo original iba destinado a la tasa de interés, principal instrumento de la banca central en los países desarrollados, puede hacerse una equivalencia al tipo de cambio, un instrumento clave en el Tercer Mundo.

El tipo de cambio en la Argentina se movió prácticamente en línea recta hace más de un año. Cuando las presiones devaluatorias eran casi incontenibles por la fuga de capitales y la incertidumbre internacional, el Banco Central decidió sacrificar reservas y mantener la flotación administrada con devaluaciones pequeñas y graduales (crawling peg).

En contrapartida, cuando las principales monedas de la región se apreciaron y regresó el apetito por el riesgo, el tipo de cambio mantuvo su dinámica ascendente. Hubo jornadas en las que el BCRA incluso compró dólares en el mercado de cambios para evitar la apreciación.

Siguiendo la lógica de King, es lícito preguntarse ¿cómo pudo el Banco Central devaluar 25% sin generar pánico o acelerar la suba de precios?

Mientras la crisis y la recesión hicieron el trabajo sucio de controlar la inflación, las expectativas incumplidas de saltos hacia un lado o el otro del tipo de cambio hicieron el resto.

De mantenerse la tendencia actual, el tipo de cambio llegaría a $ 4,10 a fin de año. Al igual que los defensores rivales, con el paso del tiempo los ahorristas también aprenden. Los mayores controles cambiarios que pondrá en marcha la AFIP para compras minoristas apuntan a reforzar una estrategia cada vez menos sorpresiva.

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