martes, 28 de julio de 2009

India necesita cambios extraordinarios pero no imposibles

En una generación, el PBI per capita de la India subió 230%, una tasa de tendencia de 4% al año. Esto se vería como un logro notable si el de China no se hubiese incrementado en 1.090%, con una tasa de tendencia de 8,7%.

Sin embargo, incluso si la India ha ido a la zaga de China, el cambio ha sido suficientemente grande como para que la aspiración reemplazara a la resignación en la mente de una proporción grande y creciente de indios.

El pasado reciente ofrece al menos cuatro nuevas razones para el optimismo.

Primero, la tasa de crecimiento se ha acelerado: en los últimos cinco años hasta la tasa promedio anual de la expansión económica fue de 8,7%, por encima del 6,5% que fue el pico previo, en 1999.

Segundo, ahorros e inversiones notablemente más altos sostienen esta aceleración, con un ahorro bruto cercano a 38% del PBI en el año financiero 2007-08.

Tercero, la economía de India se ha globalizado: la participación del comercio en bienes y servicios llegó a 51% del PBI en el cuarto trimestre de 2008, muy por encima del 24% de la década anterior. Esto no está lejos del 59% del PBI en China.

Por último, el sistema democrático, con todas sus debilidades, funciona. La democracia india es una maravilla del mundo político. Lo que ocurrió en la última elección parece un gran evento: la reelección de un gobierno encabezado por el Partido del Congreso, con un gran aumento en los escaños del partido. Se cree que esto refleja que se priorizó la competencia sobre la casta y el secularismo sobre las sectas.

Además, el electorado registró la aprobación de las capacidades e integridad de Manmohan Singh, el primer ministro. He tenido la suerte de haber conocido al doctor Singh por tres décadas y media. No admiro más a nadie. Sólo espero que esté preparado para usar agresivamente su período posiblemente final al mando.

Entonces, ¿qué tiene que pasar para que los indios disfruten de un estilo de vida acomodado? La respuesta, sugiere el informe, es que la India debe sostener un crecimiento cercano a 10% al año por una generación. Esto no es inconcebible: China lo ha logrado, desde una base más baja, por tres décadas. Pero es una tarea enorme, en particular para un país tan grande, diverso y complejo. Tendría que haber cambios extraordinarios, dentro de India y en las relaciones de India con el mundo.

Para que esto fuera concebible, tendrían que ocurrir al menos cuatro cosas: el mundo debe seguir en paz, la economía mundial debe permanecer abierta; India debe evitar el estancamiento en el cual han caído muchos países de ingresos medios y, por último, hay que manejar las implicancias ambientales y de recursos naturales de sus mayores ingresos.

Más aún, la India debe superar por sí misma tres grandes desafíos: mantener, incluso fortalecer, la cohesión social en un momento de agitación económica y social; crear una economía competitiva e innovadora; y jugar un rol en su región y en el mundo acorde al tamaño e importancia crecientes del país. En aspectos fundamentales, India debe convertirse en un país distinto.

Asimismo, como plantea el informe, la India tendría que ser gobernado de modo muy diferente. En el país, un proceso democrático vigoroso, aunque con frecuencia corrupto, ha sido sobrepuesto sobre las “mentalidades, estructuras institucionales y prácticas heredadas del Raj británico”.

Rescato dos cosas muy relevantes del análisis que aparece en este informe, una para la India y otra para el mundo.

Para la India, mi conclusión es que incluso sostener el desempeño reciente será realmente duro. La era en la que el país podía prosperar sólo evitando que el gobierno se cruzara en el camino terminó. La India necesita ahora un gobierno eficiente, prestador de servicios, por parte de tecnócratas y políticos honestos. Por supuesto, aún hay que remover muchas intervenciones sin sentido. El gobierno también debe reenfocar energías y recursos limitados en sus tareas esenciales. Pero además debe ser capaz de realizar estas tareas de modo mucho más efectivo que hoy.

Lo que rescato para el mundo es que es probable que la India, con todos los desafíos que enfrenta, siga avanzando en su tendencia alcista, aunque lo hará más lentamente de lo que plantea el informe. La tarea de ajustar la manera de pensar occidental a las nuevas realidades mundiales apenas ha comenzado. Dentro de una década, un mundo en el que el Reino Unido esté en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e India no, será risible. El viejo orden pasa. Cuanto antes se ajuste el mundo a este nuevo orden de cosas, mejor.

*India 2039: An Affluent Society in One Generation, (La India 2039: una sociedad próspera en una generación): Banco de Desarrollo Asiático

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