miércoles, 8 de julio de 2009

Cómo ahorrar para una jubilación sin estrés en la nueva era post-AFJP

Planificar no es una palabra corriente en la Argentina. Menos cuando se trata de dinero y de previsiones a largo plazo. Sin embargo, empezar a preparar el terreno para el momento del retiro cuando aún se está en la etapa activa puede resultar sumamente beneficioso.

Ahorrar una porción del ingreso presente no para destinarlo a unas vacaciones el año próximo o para echar mano cuando se decide cambiar el auto, sino para conformar un capital que reduzca el estrés de pasar a la etapa pasiva. De eso se trata la planificación y los seguros de retiro, tanto como los de vida con capitalización pueden resultar útiles para alcanzar el objetivo sin distraer recursos en el “mientras tanto”.

“Con frecuencia se considera el perjuicio económico que ocasiona el fallecimiento anticipado del sostén del hogar, pero raramente se tiene en cuenta que la supervivencia prolongada también es un riesgo que debe asumirse y que una de las formas más eficientes de gestionarlo es contratando un seguro de retiro”, apunta Ricardo Penna, apoderado de Federación Patronal Seguros de Retiro S.A.

Guillermo Parera, director de marketing de Prudential Seguros, resalta que “lo primero que vemos con nuestros clientes es la protección familiar (seguro de vida) pero una vez que está cubierta, contamos con diferentes herramientas que permiten ir generando un fondo para complementar -no reemplazar- la jubilación que se reciba en el futuro”.

El objetivo es no tener que resignar estándar de vida a futuro. Más aún cuando la eliminación del sistema privado de jubilación (AFJP) le sumó incertidumbre al retiro al no estar ya vinculado el haber que se recibirá en el futuro con el esfuerzo que podamos hacer mientras estamos en actividad.

Este tipo de seguros contribuyen a ser metódicos ya que hay un contrato de por medio que nos “obliga” a ahorrar una suma preestablecida todos los meses.

Cuentan con una renta mínima asegurada del 4% pero se estima que a largo plazo, la rentabilidad promedio oscila en 10% anual.

En caso de querer cancelarlo, hay una penalidad que va decreciendo a medida que pasan los años hasta llegar a cero. El porcentaje que se debe resignar en esos casos depende de cada compañía pero oscila en el 5% de lo aportado.

En general se trata de planes que contemplan entre 15 y 20 años de aportes. Cómo hacer una estimación de cuánto dinero se recibirá al final del contrato? Penna, de Federación Patronal, lo responde con un ejemplo práctico.

“Si consideramos el rendimiento mínimo garantizado del 4% anual, una persona de 40 años y de sexo masculino debe estimar que el importe de su renta vitalicia normal a los 65 años será el equivalente a 3,5 veces su aporte mensual, en cambio una mujer de la misma edad debe considerar que su aporte solo le repercutirá en 2 veces si se retira a la edad de 60 años”.

En cambio, avanza, “si prevemos un escenario menos conservador que represente un rendimiento promedio del 12% anual a obtener para la aseguradora, podemos proyectar obtener una renta de 6,3 veces el aporte realizado por un hombre y de 3 por una mujer”.

La diferencia entre los resultados de la capitalización para hombres y mujeres tiene que ver con la forma en que se calculan las rentas vitalicias, en las que se utilizan tablas de mortalidad para estimar cuántos años vivirá una persona, en promedio, a partir del momento de su retiro.

Las mujeres suelen tener una vida más larga que los hombres y por eso el dinero acumulado deberá repartirse en una mayor cantidad de años.

En Prudential, ofrecen un producto que combina protección y retiro, el Dotal 65. Garantiza el pago tanto en caso de muerte como de supervivencia.

Yendo a un caso práctico, bajo el paraguas de este seguro, una persona de 40 años que quiere obtener al momento del retiro un complemento de u$s 1.000 mensuales hasta sus 85 años, “necesitaría un plan de cobertura de u$s 189.500, por el que pagaría una cuota mensual aproximada de u$s 640”, explica Parera.

El monto de aporte mensual puede ser inferior, ya que hay planes en los que puede empezar con por ejemplo $500, pero lo más importante para lograr los resultados es mantener el ahorro a lo largo del tiempo. Los expertos en retiro resaltan sin excepción que es preferible ahorrar pequeñas sumas desde una edad temprana, casi desde el inicio de la vida laboral activa, más que aportar sumas grandes a un fondo cuando se está a menos de 10 años del retiro, porque el efecto multiplicador de los intereses no surtirá el mismo efecto.

Desde las empresas también tienen mecanismos para contribuir en la planificación del retiro de sus empleados. Es a través de los planes de pensión que, actualmente, en el mercado local alrededor de un 30% de las grandes compañías han implementado. Así lo asegura Ana María Weisz, directora de servicios previsionales de Mercer, una consultora especializa en dar a las empresas asesoramiento en planes de retiro, entre otros servicios.

“Los planes de pensión son uno de los beneficios más valorados por los empleados de las empresas”, dice Weisz y avanza: “La desconfianza por los distintos sistemas de seguridad social, la falta de cultura de ahorro, sumado a los problemas que necesitan solución más inmediata, hace que el plan de pensión cubra un espacio liberado”.

En general los planes ofrecidos prevén un esfuerzo de ahorro compartido entre trabajador y empleador, denominado matching, en el cual por cada peso aportado por el empleado la empresa aporta otro $1.

¿A quiénes benefician las empresas?. En la mayor parte de los casos a sus directores y mandos medios a altos. Sin embargo, algunas firmas, especialmente las de origen multinacional, lo implementan para todo su personal.

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