jueves, 4 de junio de 2009

Dormir en el trabajo: una práctica que ya alcanza al 16% de los argentinos

otro día se te nota en la cara. ¿Te animarías a dormir un rato en el trabajo para reponerte? Si lo haces, quédate tranquilo: no serías el único.

Una reciente encuesta de Trabajando.com, entre 6.000 personas de cuatro países de América latina, reveló que el 16% de los argentinos se quedó dormido en el trabajo, queriendo o no. Una cifra que sin duda comienza a competir con la cantidad de gente que aprovecha para dormirse una siestita en el transporte público, en el camino de ida o vuelta al trabajo, y que hoy ya forma parte del paisaje habitual de todas las mañanas.

Claro que este número puede resultar para muchos llamativo, ya que los dormilones corporativos pasan muchas veces desapercibidos. De hecho, Internet ya ofrece un menú de posiciones para aquellos que eligen dormir en el trabajo sin que se note, lo que compone un improvisado kamasutra onírico. De todas maneras, los argentinos quedaron bastante lejos de otros pares latinoamericanos, que se revelaron como verdaderos expertos en el arte de descansar en la oficina.

Los peruanos encabezaron la lista con el 32% de empleados que reconoció haberle robado un rato al trabajo para reponer fuerzas, seguidos por los chilenos con 28% de adherencia y los mexicanos con el 18%. “Pensábamos que las respuestas de los distintos países iban a ser más homogéneas, más cercanas a los valores de Argentina, pero las diferencias nos sorprendieron”, analiza Pablo Molouny, country manager de Trabajando.com.

El lugar elegido para esta siesta improvisada también dice mucho sobre sus protagonistas. Si bien la opción más votada por la mayoría de los latinoamericanos fue el escritorio, los argentinos se inclinaron más por el baño. Las razones están a la vista o, mejor aun, quedan fuera de la vista. “Quedarse dormido sobre el escritorio implica que no tengo inconveniente en que la gente me vea: no me importa lo que opinen los demás”, razona Molouny. Y parece que los argentinos no están tan dispuestos a que sus improvisadas siestas salgan a la luz. El famoso qué dirán sigue pesando mucho en tierras argentinas.

La depresión del domingo

Otra pregunta clave en relación al sueño y al trabajo puso una vez más al desnudo la idiosincrasia argenta. Esta vez la encuesta de Trabajando.com preguntó si el sueño del domingo se veía afectado al pensar que al día siguiente comenzaba una nueva semana de trabajo.
Y esta vez fueron los argentinos quienes picaron en punta. El 51% aseguró verse afectado por la perspectiva del fatídico lunes, frente a un 43% de los chilenos, un 39% de los peruanos y apenas un 28% de los mexicanos, que parecen no tener ninguna dificultad para conciliar el sueño.

Para Molouny este escenario implica un verdadero círculo vicioso: “Necesitamos dormir para desempeñarnos bien en el trabajo, pero tenemos tantas preocupaciones que no lo podemos hacer. Todos dormían mejor cuando tenían menos responsabilidades. ¿Cómo dormías a los 20 y cómo dormís a los 30?”, se pregunta.

De todas maneras, los argentinos mostraron una vez más un buen manejo de las presiones, incluso con una buena dosis de insomnio a cuestas. “Siendo el que peor duerme el domingo, es el que menos se queda dormido en el trabajo. El argentino está acostumbrado a este tipo de presión, que suele afectar su vida personal. Se ve una vez más el poder de adaptación de los argentinos”, detalla el ejecutivo.

La encuesta también indagó sobre los efectos del sueño en el desempeño laboral. En este sentido, hubo un gran consenso entre los distintos países. La opción más votada fue que disminuye la productividad, reflejando una conciencia colectiva de que la falta de descanso impacta directamente en el rendimiento. Esta respuesta fue elegida por el 57% de los mexicanos, el 53% de los chilenos, el 49% de los argentinos y el 47% de los peruanos.

Tampoco faltó preguntar sobre las soluciones improvisadas para despabilarse rápidamente durante las horas de trabajo, dejando atrás el somnoliento letargo. En todos los casos, más allá de las nacionalidades, las alternativas naturales concentraron las respuestas. Los argentinos seleccionaron la opción de tomar una taza de café bien cargado, con 38% de las respuestas, y lavarse la cara antes de continuar las tareas, con el 31% de los votos.

Estas respuestas estuvieron muy en línea con las de sus pares latinoamericanos. La alternativa del café fue elegida por el 38% de los mexicanos y el 36% de los chilenos. El agua, en cambio, fue la mejor solución para el 36% de los chilenos y el 43% de los peruanos.

Tomar aire también es una herramienta utilizada para despabilarse: fue elegida por el 32% de los mexicanos y el 32% de los peruanos. La automedicación y los energizantes, que fueron asimismo propuestos como respuestas, no tuvieron mucha aceptación, demostrando que las soluciones naturales siguen reinando.

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