jueves, 4 de junio de 2009

Las tarjetas le presentaron a Moreno un plan para revivir las 12 cuotas sin interés

En un esfuerzo por contrarrestar los ruidos de la reciente avanzada de la administración de Cristina sobre el sector, las compañías de tarjetas mostraron su “buena” voluntad de contribuir a un mejor acceso para el financiamiento de los argentinos.

Una alta fuente de una de las firmas líderes de plásticos reveló a El Cronista que ayer se concretó una hermética reunión entre la la Asociación de Tarjetas de Crédito (ATASYC) y una parte del Gobierno para presentarle desde la entidad un plan que tiene como objetivo alargar los plazos de financiación y reducir costos para los consumidores, que alcanza al conjunto de firmas de plásticos.

En concreto, según adelantó la fuente, se planteó ofrecer un plan de 12 cuotas sin interés. Aunque, según anticipó un ejecutivo de una entidad financiera, “el plan será selectivo. Está planteado para determinadas localidades y el costo correrá por cuenta de cada uno de los bancos”. El proyecto es pretencioso, ya que desde que se desató la crisis el fondeo de las entidades se encareció y las condiciones de financiación se fueron endureciendo.

Así es como hoy en Capital Federal no existen las cuotas sin interés –salvo promociones puntuales– y en el interior del país sólo se encuentran hasta 6 cuotas a tasa cero. El interés de las cuotas, a su vez, se fue elevando –la última modificación en noviembre de 2008 lo ubicó en torno al 40% anual para los plazos más largos– y el último revés para los consumidores fue hace seis meses cuando desaparecieron del mercado las 24 cuotas.

Pero la tentativa de las tarjetas no es fortuita. Esta semana se conoció por medio de la resolución 138 que el control absoluto del sector quedaba en manos del controvertido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La noticia, desde luego, no cayó bien en el sistema financiero. Sobre todo teniendo en cuenta la tirante relación que el temido funcionario, famoso por sus aprietes, estableció con este sector.

Los temores, en esta línea, son palpables. “Todavía no se avanzó con nada, pero estamos preocupados por los pasos que puedan llegar a dar desde la secretaría”, confió una de las fuentes.

“Hasta el momento no estábamos bajo la lupa. Por eso el plan representa una manera de demostrarnos activos”, justificó. En este sentido, desde un banco señalaron que “la recepción oficial al plan fue buena pero faltan algunos detalles. Aunque su salida es inminente”.

Si bien aún no hubo ningún tipo de disposición desde Comercio hacia las compañías, hay que tener en cuenta que en más de una oportunidad el oficialismo, en nombre de medidas populares, se adueñó de fondos de entidades privadas.

El caso más reciente y polémico fue el de la estatización de las AFJP. No es un dato menor, teniendo en cuenta que el negocio de tarjetas, según datos del sector, mueve cerca de $2.500 millones mensuales; un generoso caudal de dinero.

Por lo pronto, dicen las voces del mercado, en un período electoral, quizás lo que el Ejecutivo esté buscando sea sólo generar medidas para la aprobación de la gente. La hipótesis no es desdeñable. Hace apenas unos días, la administración kirchnerista lanzó una ambiciosa línea de créditos hipotecarios. Ahora, le toca a las tarjetas.

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