martes, 9 de junio de 2009

La crisis global castiga más a los frugales que a los derrochadores

¿Por qué ha sufrido tanto la Unión Europea en una crisis que comenzó en EE.UU.? La respuesta está en cuatro debilidades: primero, Alemania, la mayor economía de la UE, depende mucho del gasto foráneo; segundo, varias economías de Europa occidental sufren de colapsos post burbuja en la demanda; tercero, partes de Europa central y del este también se están viendo obligadas a recortar el gasto y, cuarto, los bancos europeos resultaron vulnerables tanto a la crisis en EE.UU. como a las dificultades cerca de casa. Dada esta realidad, es probable que la recuperación sea lenta y dolorosa.

Según las últimas proyecciones de consenso, se espera que la economía de la UE se contraiga en 3,6% este año y la de la eurozona, en 3,7%, mientras que EE.UU. lo haría sólo en 2,9%. Así que la crisis castiga a los frugales más que a los derrochadores. Parece tan injusto. No lo es: los frugales dependen de los derrochadores.

Un comentario en las proyecciones para la primavera boreal de la Unión Europea va al centro del problema: “como las exportaciones suelen ser el primer componente en recuperarse en el ciclo de negocios de la eurozona, el panorama para las exportaciones es clave”, señala el estudio.

La eurozona es la segunda mayor economía del mundo. ¿Porqué depende de la demanda externa para recuperarse? La respuesta está en Alemania. La Comisión anticipa que la caída en las exportaciones netas representará el 60% de su contracción económica de 5,4% este año.

Una manera de ilustrar lo que ocurre es en términos de balanzas sectoriales: la diferencia entre ingresos y gastos (o ahorro e inversión) en los tres sectores principales: gobierno, privado y externo. Por definición, la suma de ellos es cero. Normalmente, los cambios en el balance del sector privado guían a la economía. Cuando el sector privado recorta su gasto, el déficit de cuenta corriente se contrae y la balanza fiscal se deteriora. Cuál de las dos domina depende de cada economía en particular.

Podemos derivar balances implícitos del sector privado de las proyecciones de la Comisión. Dentro de la eurozona, Holanda y Alemania tuvieron enormes superávit privados en 2007, de 9,5% y 7,8% del Producto interno Bruto, respectivamente. Estos fueron compensados por excedentes en la cuenta corriente de 9,8% y 7,6% del PIB, respectivamente. En general, sin embargo, la eurozona casi no tenía excedentes en el sector privado y de cuenta corriente. Entonces, los superávits en Alemania y Holanda fueron compensados por déficit en otras partes.

Los de España fueron los más importantes: el déficit del sector privado, inflado por la burbuja, era de 12,3% del PIB en 2007 y su déficit de cuenta corriente de 10,1%. Pero Grecia, Irlanda y Portugal también tenían grandes déficit en el sector privado y de cuenta corriente.

Se espera que entre 2007 y 2009, los balances del sector privado en los países con burbujas giren de modo dramático hacia excedentes, en 15,8% del PIB en Irlanda y 14% en España. En ambos países, la principal compensación será el enorme deterioro en las posiciones fiscales, pero también se espera una mejora en los balances externos, en 3,6% y 3,2% del PIB, respectivamente.

También se espera que el balance privado del Reino Unido mejore en 8,9% del PIB, compensado por el enorme deterioro en la posición fiscal. En Estados Unidos, se prevé que el balance del sector privado pase de un déficit de 2,4% del PIB a un excedente de 8,6% en dos años, una oscilación de 11% del PIB.

En esencia, se espera que en economías post burbuja el sector privado gaste mucho menos, en relación con el ingreso, este año que hace dos años. El impacto en los países con superávit que dependen de la exportación de manufacturas ha sido devastador. En Alemania, no se espera un gran cambio en el balance del sector privado pero, como una economía dependiente de las exportaciones, está severamente afectada por las declinaciones en el gasto en otros lugares.

El impacto de la crisis en Europa del este también es sorprendente. Según el último Panorama Económico Mundial del FMI, los flujos de capital hacia la Europa emergente caerán de 9,5% del PIB en 2007 a -0,7% este año. Este vuelco llevará a grandes declinaciones en los déficit externos y a recesiones muy grandes.

Las cifras para los pequeños estados del Báltico son extraordinarias: las reducciones en los déficit de cuenta corriente proyectadas por la Comisión son de 21% del PIB para Letonia, 17% para Estonia y 13% para Lituania entre 2007 y 2009. En Letonia, se espera que el balance del sector privado varíe en 32% del PIB en dos años. No es una sorpresa que la Comisión estime que el PIB puede contraerse 13% en Letonia, 11% en Lituania y 10% en Estonia en 2009.

El sector bancario de Europa también está muy dañado. De acuerdo con el más reciente Informe de Estabilidad Financiera Global del FMI, se espera que las amortizaciones de los activos bancarios en 2009 y 2010 sean de u$s 750.000 millones en la eurozona y u$s 200.000 millones en el Reino Unido, contra sólo u$s 550.000 millones en Estados Unidos.

Además, el capital necesario para reducir el apalancamiento de los bancos de la eurozona a un ratio de 25 a uno sería de u$s 375.000 millones y el de los bancos británicos de u$s 125.000 millones, contra u$s 275.000 millones para los bancos estadounidenses. Por otra parte, las entidades de Europa occidental también están muy expuestas a Europa central y del este. En términos absolutos, la mayor exposición es de los bancos en Austria, Alemania, Italia y Francia.

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