sábado, 7 de agosto de 2010

Carry Trade

Se están dando las condiciones para que inversores aprovechen el bajo costo de endeudarse en EE.UU. e inviertan en activos de alto rendimiento en otros países

En dos meses, el dólar ha caído 9% sobre una base ponderada por el comercio exterior, y ayer quedó muy cerca de su nivel más bajo en 15 años en relación a la divisa japonesa, cuando llegó a cotizar en un momento a 85,29 yenes.

En cambio, el debilitado euro se recuperó marcadamente y trepó para quedar ayer por encima de u$s 1,32 –su pico más alto en tres meses– antes de caer a u$s 1,316 en Londres. La libra esterlina, por su parte, está en su nivel más alto en seis meses y se aproxima a la marca de u$s 1,60. “Si el mercado de cambios fuera un ser humano, en este momento estaría encerrado en un manicomio. Se balancea violentamente de un extremo a otro”, dijo David Bloom, jefe de Estrategia Cambiaria de HSBC.

Una serie de datos económicos débiles, incluyendo cifras decepcionantes en materia de empleo, y las expectativas de que la Reserva Federal de EE.UU. siga emitiendo moneda para evitar una recesión de doble caída, han sido los factores que explican la declinación del dólar.

Los inversores temen que la recuperación de EE.UU., socavada por la anémica demanda, pueda ir perdiendo impulso –a pesar de las mejoras que se vieron en los resultados corporativos– o, peor aún, revierta el rumbo.

La caída del dólar en la última semana, cuando bajó más de 2% contra una canasta de monedas, fue desencadenada por el espectro de la deflación. James Bullard, presidente del banco de la Reserva Federal en Saint Louis, opinó que EE.UU. está “hoy más cerca de un desenlace al estilo de Japón que en cualquier otro momento de su historia reciente”.

Estos comentarios han aumentado las expectativas de que la Fed siga inyectando dinero en el sistema. En este momento sus funcionarios están debatiendo si deben mantener el tamaño de su balance reinvirtiendo el dinero de los bonos vencidos.

Al retirar su dinero de la órbita del dólar, los inversores están apostando a que otras partes del mundo se recuperarán más rápido que EE.UU. Los países asiáticos, que según se espera tendrán un crecimiento más fuerte que Occidente –que está cargado de deudas– han disfrutado de un abundante flujo de fondos.

En julio, la entrada neta de dinero de inversores institucionales extranjeros al mercado de acciones de la India totalizó u$s 3.800 millones. Y las bolsas de Corea y Taiwan recibieron flujos de ingreso netos de más de u$s 2.000 millones, respectivamente, el mes pasado. Esta entrada de dinero fortaleció las divisas regionales. El dólar de Singapur, por ejemplo, está cerca de un pico récord.

Además, se están creando las condiciones para una vuelta a la operatoria de carry trade, en la que los inversores aprovechan el bajo costo de endeudarse en EE.UU. para invertir en activos de más alto rendimiento en otros países. Se estima que las tasas de interés de EE.UU. se mantendrán sin cambios por lo menos hasta fines de 2011.

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