martes, 24 de mayo de 2011

El dólar, los precios agrícolas y Brasil

Aunque el crecimiento de la economía argentina tiene asegurado un piso del 6% para este año, en las últimas semanas se encendieron luces amarillas en el tablero de control.

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La metáfora es del economista del Ieral Jorge Vasconcelos, quien advirtió que el llamado "viento de cola" podría atenuarse hacia fin de año. Consultores y referentes de sectores como la construcción y la energía reconocieron estos problemas a PERFIL. Las alertas se deben a factores externos como la desaceleración de la economía de Brasil y la crisis de deuda griega, que derribaría mayores subas en los precios de las commodities, pero también a cuestiones internas como la alta inflación, la conflictividad sindical y la suba del dólar paralelo, que podría tentar a los ahorristas que financian con sus plazos fijos a los créditos al consumo, el otro motor del "modelo".

"En las últimas semanas, varias luces amarillas aparecieron en el tablero económico. Son amarillas, no rojas, y por ahora no nos han hecho modificar nuestros pronósticos de crecimiento", definió Vasconcelos, para quien "la expansión de la economía está atada a tres variables sobre las que ahora hay cierta incertidumbre: el consumo interno, la venta de bienes industriales a Brasil y el precio de los commodities." "Sobre los tres factores hay novedades para seguir muy de cerca", advirtió.

Otros tres economistas consultados por este medio coincidieron con Vasconcelos: Jorge Colina, de Idesa; Pablo Lavigne de Datarisk; y Nicolás Bridger, de Prefinex, además advierten sobre los peligros de la inflación, los crecientes conflictos sindicales, y el deterioro de las cuentas fiscales y de la competitividad de la industria.

En coincidencia con Colina y Lavigne, Vasconcelos asegura que los precios de los commodities agrícolas, si bien continúan altos (ayer la soja cerró a US$ 507 en Chicago), están amenazados por la crisis de deuda griega, que "provocaría un nuevo vuelo de capitales hacia la calidad" (activos de menos riesgo) y deprimiría el precio de las materias primas. En cambio, Bridger opinó que, más allá de las fluctuaciones, los precios de las commodities "están en niveles elevados y siguen siendo un factor positivo en la dinámica local".

Vasconcelos dice que "ya se sabe que la economía brasileña se está desacelerando y eso impactará en la demanda de bienes?. Argentina envía a Brasil 42% de los bienes industriales que exporta, por lo que, sumado al conflicto comercial actual, "enciende otra luz amarilla". Por último, dice que el crecimiento del crédito "a un ritmo impresionante" este año, del 45% anual, está sostenido por una expansión proporcional de los depósitos a plazo fijo.

En este caso, "la luz amarilla es la ampliación de la brecha entre el valor del dólar oficial y el paralelo "que pasó del 4% a 5%", que puede ser una fuerte tentación para que los ahorristas dolaricen sus carteras, abandonando los plazos fijos en pesos, que retroalimentan el crédito".

"Efectivamente, el modelo está plagado de luces amarillas, algunas de las cuales se tornan rojas", aseguró Lavigne.

A su entender, la primera luz es la inflación, que marca un alerta principal: "Se está creciendo a una tasa mayor de la que la economía soporta", dice, y advierte que "se puede tornar roja si las subas generan distorsiones en la inversión".

Desde Idesa, Colina agregó "que la negociación colectiva en el sector formal de la economía se encamina a generar subas nominales de salarios de entre 28 y 30%", lo que hace que la combinación de inflación más apreciación cambiaria "luzca como una luz anaranjada más que amarilla".

Destacó que la alta inflación dificulta el "plano social", generando nuevas alertas, como "mayor conflictividad sindical y el retorno a la pobreza de familias que habían salido gracias al crecimiento y la disminución del desempleo".

Otra alarma en el tablero es la caída de la competitividad. Bridger resalta que la dinámica macroeconómica argentina sigue siendo la de una apreciación real del peso, lo que trae aparejadas pérdidas de competitividad, "con la consiguiente dificultad creciente de generar empleos?, y mayor vulnerabilidad a shocks externos.

Coincide el economista de Datarisk, al explicar que el tipo de cambio perdió competitividad. "Esta es una nueva luz, pero el alerta lo marca el achicamiento del superávit en cuenta corriente y, posiblemente, la caída en déficit en poco tiempo. Además, la tendencia de crecimiento de reservas para mantener el tipo de cambio "se agota" bajo este panorama y, si las reservas comienzan a diminuir, será un alerta "naranja".

También las cuentas publicas marcan una luz de alerta. "Financiarse con giros de utilidades del BCRA genera inflación extra y emisión elevada y pone otros temas sobre la mesa, como el escaso financiamiento, servicios públicos ineficientes, la baja y la salida de capitales", advirtió Lavigne.

Las empresas que más pierden. Las señales de alarma en la economía ya arribaron a varios sectores productivos, entre ellos la construcción y el sector de distribución de energía. Mientras la falta de rentabilidad afecta al primer rubro, en el segundo los conflictos sindicales hicieron caer fuertemente la producción en lo que va del año.

El Instituto Argentino del Mercado de Capitales (IAMC) difundió un informe que afirma que los rubros de la construcción y las actividades inmobiliarias fueron dos de los únicos cinco sectores en los que cayó la rentabilidad interanual en el primer trimestre del año. Las ganancias de empresas de construcción cayeron el 49%, mientras las del sector inmobiliario lo hicieron en el 29 por ciento."

"No vamos a negar las luces amarillas porque existen. Una es la inflación y la otra, más compleja, la dinámica salarial", afirmó a PERFIL Gonzalo Monarca, CEO de la desarrolladora inmobiliario Grupo Monarca. Explica que "los márgenes de rentabilidad son muy chicos y tienen una perspectiva a seguir bajando cada vez más".

El ejecutivo, que acaba de lanzar un emprendimiento en San Isidro por US$ 20 millones, dice además que "se hace difícil controlar los costos de mano de obra" y menciona la "falta de crédito" entre los problemas.

En otro orden, los conflictos sindicales están afectando sectores claves, como la producción petrolera. Según la Secretaría de Energía, la producción de petróleo se derrumbó el 14,7% en el primer trimestre y la de gas el 15 por ciento. A esa caída se le suma "el cese de producción de 3,7 millones de barriles" durante abril, dijeron a PERFIL fuentes sindicales y de las empresas.

La distribución de gas y elecricidad tiene tarifas congeladas que explican sus resultados.

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