sábado, 20 de diciembre de 2008

La Argentina podría tener su crisis ‘subprime’ de licuadoras

Casi como una mini crisis “a la Bernanke”, pero con licuadoras, lavarropas argentinos, hay dudas sobre los controles para dar los créditos que después se venden en la bolsa.

Verdadero adversario de los afortunados, la envidia también es argentina. Sin Wall Street, ni Tío Sam, ni Empire State. Sin George Bush –¡thanks God!– ni Bernard Madoff (aunque se registran algunos aspirantes locales), de las mismas sombras de la argentinidad ha surgido un caldo de especulaciones. Porque, dicen, podríamos tener nuestra propia mini crisis subprime de licuadoras y lavarropas. O algo así.

En un contexto donde los comercios extreman los recursos para vender su mercancía, en la city creen que existe cierto “relajamiento” en los requisitos que usualmente imponen las casas de venta de electrodomésticos a aquellos que pagan sus compras en cuotas. Piensan que esto implica un riesgo que, desde ahora, podría verse reflejado en el encarecimiento del costo de financiamiento que terminan pagando los comercios en el mercado de capitales.

La pista a tan trabajosa teoría la están dando las tasas de interés que terminan pagando las casas de venta de electrodomésticos cuando van al mercado de capitales para colocar los préstamos otorgados. En los últimos días, el costo financiero que registran los bonos que generan esos fideicomisos han ido en franco (y preocupante) ascenso.

Tanto es así, que en la última semana, si un comercio quería obtener $100 del bolsillo de un inversor dispuesto a comprar derechos futuros por los pagos en cuotas, las tiendas tenían que resignar $36.

Fideicomisos como el Consubond LXIV que pagó casi 26%, o el Tarjeta Privada XIII que cerró en los 36% son una clara muestra de lo que trajo diciembre.

Y si bien existen algunas tasas que se ubican por debajo –Garbarino pagó 22%–, también se registraron esta semana otros como el Sociedad Militar Seguro de Vida (SMSV) Serie XXII, que también tocó un techo del 36%.

Para Antonio Cejuela, director de Puente Hnos., “las compañías de consumo masivo necesitan vender sí o sí y seguramente con este objetivo y la falta de liquidez han comenzado a flexibilizar los requisitos para dar crédito”, señaló.

“Esto hizo que muchos fideicomisos reflejen un incremento en sus tasas”, advirtió Cejuela.
En la misma línea, la gente de Research For Traders (RFT) sostuvo que “el costo del dinero es cada vez más alto y esto ha hecho que se generen nuevos niveles en las tasas de mercado”. Según RFT, además de un riesgo sistémico dado por la volatilidad del mercado financiero, también existe un riesgo privado, que en muchos casos se ve reflejado en las tasas que pagan los comercios por financiarse.

Sin embargo, para Enrique Germano, gerente general de Garbarino, los requisitos para el otorgamiento del crédito siguen igual de exigentes. “No se ha cambiado ni una sola de las condiciones de originación de crédito”, le dijo el directivo a El Cronista. “En rigor, tampoco hace falta porque las ventas están sostenidas y Garbarino habitualmente presenta baja tasa de mora e incobrabilidad”, dijo.

Los especialistas marcaron que al tratarse de préstamos pequeños, el fideicomiso era un producto financiero muy atomizado y de menor riesgo. Sin embargo las cosas podrían ponerse de punta (hacia abajo).

A la volatilidad existente en el mercado financiero, y a la fuerte presión al alza en el costo del dinero (ayer la tasa Badlar cerró en 19%) se sumó en los últimos meses, la salida de las AFJP del mercado de capitales, que eran importantes financistas.

Ahora, se agregan las dudas sobre los activos que subyacen a los fideicomisos y la capacidad de los consumidores de no incurrir en mora o impago. Marche un Ben Bernanke al plato...


Fuente: El Cronista

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