miércoles, 4 de febrero de 2009

Una apuesta para reforzar la jubilación

Las AFJP ya no existen, las rentas vitalicias de las compañías locales de seguros de retiro son incapaces de conservar el poder adquisitivo. Afuera las cosas no están mucho mejor.

Después de las dificultades de la aseguradora AIG, se comprobó que nada es tan seguro como se pensaba. Y lo mismo ocurrió con grandes bancos de inversión como Lehman Bros. Nada parece asegurar que no habrá un día en que el capital invertido desaparezca.

¿Adónde están yendo los fondos que buscan seguridad?

A los bonos del Tesoro, principalmente de los Estados Unidos. Claro que conformándose con una renta casi nula.

Solo el Estado parece tener asegurada la supervivencia a largo plazo. Esto vale incluso para un Estado como el argentino, que entró varias veces en default: finalmente se entregan papeles que permiten al menos conservar el capital.

La crisis global, pero sobre todo la desconfianza sobre el manejo de las finanzas del país y la manipulación de los índices de inflación, hacen que hoy se puedan comprar bonos del Estado argentino por pocos centavos.

Es el caso de algunos bonos largos, adecuados para quienes no piensan en venderlos pronto para realizar una ganancia.

Un caso es el del derrumbado Bocon PR13, que por su estructura se adecua muy bien al propósito de reforzar los ingresos durante un período prolongado: 120 meses.

¿Sabe cuánto habría que invertir hoy para cobrar entre abril de 2014 y 2024 una mensualidad 1.000 pesos actualizada por inflación?

Solo $ 12.000. No parece cierto, pero es así. Incluso se cobraría un poco más, porque estamos dejando de lado el interés futuro del 2% sobre el capital más CER.

Sin computar ese plus, tenemos el siguiente cálculo:

Un bono de valor actual $ 165 (por el interés y los ajustes ya transcurridos desde su emisión en 2004) se compra hoy por solo $ 16-18.

Es decir, se paga solo 1 peso por cada 10 pesos a cobrar.

No hace falta computar el ajuste futuro por el CER porque éste lo único que hace es mantener constante el poder adquisitivo. Se da por hecho, claro, que la intervención de Moreno no durará para siempre.

Y si se cree que el dólar hoy ya no está alto, pero tampoco muy atrasado, el resultado en dólares sería aun mejor que el que estimamos en pesos.

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