domingo, 1 de febrero de 2009

Vivir sin bancos: cuando amigos y familiares se convierten en financistas

Por la crisis, muchas personas deciden pedir dinero prestado a familiares, amigos o vecinos con tal de obtener una financiación sin recurrir a los bancos.

Hay compañías especializadas en EE.UU. que venden documentación de estos créditos informales y cuyas operaciones crecieron 75% en el último año. En Venezuela se financian directamente entre vecinos pautando las condiciones mediante una asesoría.

¿Más vale malo conocido que bueno por conocer? ¿O viceversa? Depende cómo se lo vea. Lo cierto es que la crisis financiera mundial está modificando el comportamiento de las personas a la hora de pedir prestado dinero.

Obviamente hay mucha desconfianza con las entidades, algo que se suma a la poca predisposición de las mismas para dar créditos. Por eso, ahora, se está utilizando un mecanismo mucho más personal, familiar si se quiere, bien lejos de los bancos y su requisitos inalcanzables: muchas personas están financiándose pidiendo dinero a sus padres o amigos.

Desde financiar pequeños montos hasta cancelar totalmente la deuda hipotecaria, la alternativa que esquiva terminar lidiando con los bancos está poniéndose de moda. Por necesidad o simplemente por conveniencia, es claro para para algunos vivir sin entidades no es un problema.
Claro, eso no significa que haya un libertinaje a la hora de repagar esa deuda. Muchas familias optaron por hacer contratos legales por escrito. Algo que se hace para “institucionalizar” el préstamo.

¿Cómo lo hacen?

En EE.UU. existe una entidad llamada Virgin Money, que estructura créditos entre amigos y familias, y que vio crecer su caudal de volumen en un 75% en el último año. De todas formas, este tipo de contratos no garantiza que el amigo o familiar no incumpla con la deuda.

Jim Grubman, un psicólogo que se especializa en temas de familia y dinero, dijo que las cosas pueden empezar a ir mal al minuto que el dinero cambia de manos. Incluso, dice, alcanza con la sospecha de que un pago puede llegar a no realizarse para que la relación se vuelva tirante. Si bien los especialistas cuentan que este mercado informal existe hace mucho, es casi imposible cuantificar la verdadera dimensión de esta modalidad.

Algunos calculan que existen alrededor de u$s 90.000 millones en préstamos sin documentación que avale la transacción o garantías. Si se lo compara con los u$s 14 billones que los bancos han estado prestando, se puede interpretar que este mercado no resulta muy significativo. El mayor problema se está dando en los préstamos hipotecarios: 1 de cada 10 pequeños empresarios dicen que tienen dificultades para conseguir financiamiento.

Algunos casos

Virgin Money dice que menos del 5% de los créditos en los cuales participa terminan sin pagarse, mientras que la misma tasa pero en el caso de los bancos llega al 14%. El éxito de Virgin se explica por los números casos donde una persona le prestó dinero a un amigo o familiar, y éste terminó defaulteandoselo. Claro que esto terminó con la relación, como también la posibilidad que recuperar en algún momento la plata confiada.

Pero, ¿cómo comenzó todo? Por lo menos en el caso de Virgin Money, su creador –el especialista en finanzas Asheesh Advani– fundó la compañía en 2001 después de haber tenido experiencia trabajando con el Banco Mundial en temas relacionados a microfinanzas. Por sólo u$s 200, la empresa provee toda la documentación para establecer un “préstamo informal” y por una comisión procesa pagos automáticos de la cuenta de quien solicita el dinero. Lo que realmente vende es “paz mental”.

Un caso más cercano ocurre en Venezuela. Salomón Raydán presentó un modelo de financiamiento al sector microempresarial llamado Bankomunales.

La idea es que dentro de un barrio, un vecino quiere ahorrar e invertir y otro necesita el préstamo. Lo que hace es intermediar, sin cobrar una comisión por eso, para que las partes lleguen a un acuerdo y al inversor se le reconozca una rentabilidad (no menos que la inflación). Así, las condiciones la pautan entre los mismos vecinos, contando con la asesoría de Bankomunales sin utilizar recursos por fuera de la comunidad.

La modalidad permite, como en el caso de los EE.UU., que haya una interacción entre personas que ya se conocen sin necesitar recurrir a los bancos. Sea familias, vecinos o amigos, la tendencia es a juntar caras conocidas que pueden ayudarse entre sí.

Fuente: El Cronista

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