viernes, 13 de marzo de 2009

Final de juego para Bernard Madoff: el gran estafador quedó tras las rejas

El gran estafador de todos los tiempos estaba a punto de asumir el fraude descomunal que involucró a miles de personas en el mundo entero –desde inversores, pasando por grandes figuras del espectáculo hasta personalidades del jet set y la realeza– y que se estima puede haber costado alrededor de u$s65.000 millones.

Y ahí estaba él, sentado. Llevaba puesto un sobrio traje gris. Un hombre que alguna vez en un pasado cercano supo ser el “rey de Wall Street” y que ahora se presentaba ante la vista de millones como un ser entrado en años totalmente vulnerable.
“Operé una estafa piramidal”, admitió Madoff ante el juez federal de distrito, Denny Chin. “Nunca invertí los fondos en títulos valores, tal como prometí”, reconoció durante la audiencia. Pero enseguida, agregó, aunque seguramente sin percibir el mínimo sentimiento de piedad de nadie, que “estaba profundamente arrepentido” y que sabía que lo que hizo era criminal. Madoff se declaró culpable de 11 cargos, entre ellos fraude con títulos valores, fraude mediante comunicaciones electrónicas y lavado de dinero.

No obstante, el ex financista no firmó un acuerdo de declaración de culpabilidad por el cual hubiera conseguido clemencia u otras consideraciones –como una reducción de sentencia con los fiscales– a cambio de cooperación con el Gobierno. En consecuencia, tuvo que declararse culpable de todos los cargos presentados en su contra porque se negó a admitir el de conspiración, un cargo que lo habría obligado a revelar los nombres de los otros conspirados.

A prisión, sin escalas

Luego de aceptar su culpabilidad, el juez Chin ordenó inmediatamente que Madoff, que ha estado libre bajo una fianza de u$s 10 millones, sea encarcelado mientras aguarda la sentencia, prevista para el 16 de junio. Se lo puede condenar hasta a 150 años en prisión.

Pero la causa no termina con la declaración. Los investigadores han tomado el control de sus oficinas en el edificio de la Avenida Tercera 885 en Manhattan, donde Madoff Securities operaba en tres pisos.

Los fiscales dicen que sus subordinados lo ayudaron a defraudar inversores. Un asunto central para los investigadores es si los empleados sabían del fraude. Hasta el momento ninguna otra persona ha sido acusada. Al tiempo que la investigación continúa, los fiscales están a la caza de los activos del acusado, mientras buscan confiscar los u$s 170.000 millones que dicen que pasaron por Madoff Securities desde que comenzó el fraude en la década de 1980.

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