domingo, 15 de marzo de 2009

Las universidades de Estados Unidos, aplazadas en finanzas

Las más prestigiosas casas de estudios perdieron sumas gigantescas por colocaciones en productos financieros de alto riesgo. Harvard lidera el ranking, pero le siguen Yale y el célebre MIT, entre otras.

Perder u$s 8.000 millones de dólares en tan sólo seis meses no le pasa a todo el mundo. A la Universidad de Harvard le acaba de suceder en esta segunda mitad del 2008, por inversiones realizadas en activos riesgosos que salieron mal, como tantas colocaciones que se “derritieron” por el desplome de los mercados financieros. Para la universidad, se trata de una pérdida equivalente al 22% del total de su cartera de inversiones (u$s 37.000 millones), aunque las autoridades calculan que, en el resultado de 2008, crecerá hasta alcanzar el 30% del total.

El caso de Harvard no es aislado: la gran mayoría de las más prestigiosas casas de estudios de EE.UU., que suelen atraer a sus aulas a la elite mundial de estudiantes, también deberá cerrar su balance 2008 con números rojos significativos.

Yale, en la misma línea que Harvard, puede consolarse de haber perdido durante el segundo semestre solamente u$s 6.000 millones. El combo fatal estuvo armado con acciones, derivados, hedge funds y commodities.

Y el célebre MIT (Massachussetts Institute of Technology) anunció pérdidas similares: “El valor de nuestro capital invertido podría reducirse en un 30%. Pero hay que medirlo en términos relativos, porque estos ingresos sólo representan el 18% de nuestro presupuesto. Y vamos a redoblar nuestros esfuerzos para aumentar las contribuciones de nuestros ex alumnos”, sostuvo en una conferencia de prensa David Schmittlein, decano de la Sloan School of Management del MIT.

La mayoría de estas grandes universidades (enroladas en lo que en EE.UU. se conoce como ‘The Ivy League’, o la ‘Liga de Hiedra’: Harvard, Yale, Columbia, Princeton, Cornell, Brown, Duke, Dartmouth, MIT y Stanford) se ven enfrentadas a un período de financiamiento complicado, después de 15 años de vacas gordas y de proyectos de infraestructura muy costosos.

Es que la competencia entre las casas de estudios resultó feroz para captar más estudiantes, lo que hizo que no solamente se pelearan por llevar a sus claustros a grandes investigadores y profesores distinguidos a golpe de chequera, sino que también rivalizaron por ver quién tenía las mejores instalaciones para sus estudiantes y cuerpo docente, algo que hizo olvidar la tradición de austeridad de estas universidades, muy enraizada en el puritanismo de la costa este de EE.UU.

Después de contar las pérdidas, en 2009 llega para todas estas universidades la hora del ajuste. Según un informe publicado por la calificadora Moody’s, el monto de las donaciones y contribuciones de ex alumnos caerá un 30% durante el año fiscal que va de julio 2008 a junio 2009.

Y este ingreso es muy importante para las universidades más caras. De hecho, la presidenta (rectora) de la Universidad de Harvard, Drew Gilpin Faust, envió un email al cuerpo de profesores, empleados y alumnos anunciando que “tenemos que prepararnos para absorber una fuerte caída en nuestros ingresos por contribuciones y planificar cómo atravesar un período de grandes ajustes financieros”.

De acuerdo con Faust, los ingresos de Harvard dependen en un tercio de estos aportes, y el objetivo en 2009 es reducir los gastos en u$s 125 millones respecto del presupuesto 2008.

De a poco, las distintas universidades van comunicando sus políticas de ajuste. Harvard, Brown y Cornell anunciaron congelamientos de salarios, freno a nuevas contrataciones y recortes en los viáticos de sus empleados. Stanford, más drástico, piensa despedir a parte de sus empleados para alcanzar una reducción de gastos del 13%, lo que incluye a los cuidadores de caballos de sus estudiantes, pagados por la universidad (una extravagancia que se explica por los años de competencia desenfrenada). Yale, por su parte, que se había embarcado en una importante ampliación de su campus, decidió suspender el proyecto hasta que la situación financiera mejorara. Y en general, todas piensan aumentar las cuotas que cobran a sus estudiantes entre 4,5% y 6,5%.

Esperando al Mesías


Con el paquete de rescate público de bancos y automotrices lanzado, varias de estas universidades miran con deseo el nuevo tramo del plan económico de ayuda del gobierno estadounidense (de u$s 825.000 millones), que acaba de ser aprobado por la Cámara de Representantes. Porque más de una aspira a que este paquete también financie la educación superior u otorgue más becas universitarias.

Fuente: Cronista.com

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