miércoles, 21 de enero de 2009

En los ocho años de la era Bush, sólo ganaron las acciones bélicas y de energía

Fueron ocho años en los que el mercado financiero sufrió fuertes altibajos: pasó por el colapso del 11-S y la crisis de las hipotecas subprime. ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron en esta era?
Faltan sólo dos días para que la era Bush llegue a su fin. Fueron ocho años, desde el primero de enero de 2001 hasta ahora, muy agitados para el mercado financiero mundial. Las bolsas sufrieron con la caída de las Torres Gemelas, festejaron el boom de las materias primas y volvieron a colapsar al ritmo de las hipotecas subprime.

Pero además, en términos financieros –y probablemente en otros aspectos también– los años en que George Walker Bush fue presidente de los Estados Unidos serán recordados como una versión moderna de Bizarro World, o en el mejor de los casos, del criollo “Reino del Revés” de María Elena Walsh.

En esta extraña época, las acciones de empresas multinacionales y por siempre exitosas, como General Motors, Citigroup o AIG, figuran entre las diez peores apuestas financieras, con pérdidas acumuladas de más del 90%.

Mientras tanto, los activos ultra conservadores, de los que la clásica teoría financiera dice que solo otorgan ganancias modestas, se ubican entre los de mejor performance. De hecho en este período el bono del Tesoro a 10 años –el activo conservador por excelencia– mostró una caída en su rendimiento de más de 3 puntos porcentuales, desde 5,03% a 2,32%. En el caso de los títulos de deuda, la baja en los rendimientos indica una suba en los precios, con lo que es posible decir que en los últimos ocho años los T-bonds tuvieron un desempeño fenomenal.

Ahora bien, la era Bush también deja algunos resultados esperables. En este período, la compañía de mejor performance en el mercado de acciones está ligada a la industria bélica, un área en la que el Gobierno de EE.UU. gastó nada menos que u$s 450.000 millones debido a los conflictos en Afganistán e Irak. Esa empresa es FLIR Systems, y se dedica a fabricar cámaras infrarrojas y otro tipo de tecnología de guerra, y ha subido nada menos que un 4049,2% en la Bolsa en los últimos 8 años.

Además, dentro del “top five” se encuentran dos compañías productoras de petróleo y gas, casualmente radicadas en la zona sur-oeste de Texas de donde Bush es oriundo. Son Southweastern Energy y Range Resources, que han subido 2.025,1% y 608,6% respectivamente.
Entre las cinco mejores también se ubica Gilead Sciences, empresa farmacéutica de la que Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa y funcionario clave del Gobierno de “W”, es accionista mayoritario.

Para los que piensen que Bush no es un hombre solidario, hay que ver estos datos: desde el 1 de enero de 2001 hasta hoy las acciones de Gilead Sciences subieron un 823,8%.

El impresionante avance se dio principalmente durante 2005, año en que la empresa desarrolló junto con la farmacéutica Hoffman-La Roche el antiviral Tamiflu, que combatía la famosa gripe aviar. Esa enfermedad tuvo, entre 2005 y 2006, una difusión impresionante, y en se contexto, George W. Bush decidió colocar una orden de compra por u$s 2.000 millones de la droga que fabricaba Rumsfeld. Además, creó un fondo de emergencia por u$s 8.000 millones para comprar vacunas, antivirales y mejorar los sistemas de detección de la “super influenza”. En ese entonces, el presidente creía que la gripe aviar podría afectar a 200.000 estadounidenses. Lo llamativo es que cuatro años después sólo se han registrado 176 casos de muerte en humanos por esa enfermedad en todo el planeta.

La lista de las cinco empresas ganadoras de la era Bush la completa la tecnológica Apple; cuya acción subió 986,7%. En este caso, sin embargo, “W” tiene poco y nada que ver con el éxito de la compañía: el furor que han despertado el Ipod y el Iphone son innegables. Pero además, es bien sabido que Steve Jobs, CEO y fundador de la empresa, es un ferviente demócrata, que incluso ha puesto a Al Gore –rival de George W. Bush en las elecciones presidenciales del 2000– en el directorio de la compañía. Eso sí, en el mundo bizarro de Bush el índice de acciones más rentable, el Nasdaq, salió perdiendo: cayó 22% en los últimos ocho años.

Fuente: El Cronista

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