lunes, 26 de enero de 2009

Suiza puede abrir el candado del secreto bancario

El gobierno evalúa dar el trascendental paso para 19.000 clientes del UBS que habrían evadido impuestos en EE.UU. La medida podría sentar un precedente para demandas de otros países y para el futuro de los paraísos fiscales.

En momentos en que los argentinos se informan sobre el blanqueo de capitales que dispuso el Gobierno y en las posibilidades que brinda traer de vuelta los ahorros bajo estas condiciones, se presta poca atención a una medida que puede llegar a ser mucho más importante para los fondos depositados fuera del país. El gobierno suizo estaría evaluando la posibilidad de levantar el secreto bancario para miles de cuentas que poseen extranjeros en la Unión de Bancos Suizos (UBS), representando un cambio fundamental respecto de la tradición de discreción y secreto de la banca helvética.

Esta política, que se instauró en 1934, es la base del éxito de uno de los sectores más dinámicos de la economía suiza, lo que permitió que el sistema bancario captara fondos de todo el mundo por valor de más de u$s 3 billones. Pero en los últimos meses el UBS, que es el mayor banco del país, está siendo sometido a una gran presión por partida doble: por las gigantescas pérdidas que sufrió por invertir en activos subprime y por el fraude impositivo que se descubrió en Estados Unidos con una división del banco especializada en ofrecer cuentas offshore para clientes estadounidenses ricos. La evasión fiscal alcanza los u$s18.000 millones (son los ingresos no declarados al fisco de EE.UU., que representan una pérdida de ingresos para el organismo cercana a los u$s 300 millones por año).

El banco, que en el último año vio su situación financiera muy comprometida por la crisis subprime (sus pérdidas en 2008 alcanzarían los u$s 17.000 millones), ahora trata por todos los medios de llegar a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para alejar el fantasma de su quiebra. Hace varios meses atrás, el fisco descubrió la multimillonaria evasión tras la confesión de Bradley Birkenfeld, un antiguo gerente del banco en EE.UU., quien fue descubierto transfiriendo los ahorros de un cliente a una cuenta en Suiza.

A cambio de colaborar con la investigación revelando detalles de todos los clientes que habrían transferido sus fondos a cuentas offshore, Birkenfeld volvería a quedar en libertad. Mientras tanto, el gobierno estadounidense presionó al banco con quitarle la licencia para operar en Estados Unidos si no cooperaba con la justicia, aparte de cobrarle una multa de más de u$s 1.000 millones. Pero el problema consiste en que la violación del secreto bancario es un delito penal en Suiza, por lo que el mismo gobierno tuvo que tomar cartas en el asunto para cerrar este conflicto que, a medida que pasan las semanas, afecta cada vez más a la imagen del UBS y de toda la banca suiza.

La decisión del gobierno federal llegaría en los próximos días, mediante la promulgación de una ordenanza (equivalente a nuestros decretos de necesidad y urgencia) que autorizaría la entrega a las de una lista con 250 nombres de los clientes más ricos que las autoridades estadounidenses reclaman.

Y obligaría al UBS a cerrar las cuentas offshore de 19.000 clientes más que residen en EEUU, ofreciéndoles la transferencia de los fondos a otro banco (de EEUU o de otro país), lo que los forzaría a declarar todo al fisco americano. Pero para estos clientes, la propuesta es casi lo mismo que entregarse a las autoridades, ya que declarar estos fondos los convierte automáticamente en sospechosos de lavado de dinero para la ley estadounidense.

La última opción que les queda es no aceptar la transferencia y perderlo todo, pero por lo menos su identidad queda resguardada (y sus millones en manos de la entidad helvética).

Sin embargo, lo concreto es que la sacrosanta institución del secreto bancario en Suiza quedaría bastante dañada por esta negociación, algo impensable en un contexto de estabilidad como el que existía antes de la crisis subprime. Y que abre una caja de Pandora respecto de lo que pueda suceder frente a presiones de otros países.

“Si el gobierno suizo cede de esta forma ante las autoridades estadounidenses, habrá que prepararse para ver qué se le contesta a los europeos en el futuro”, sostuvo Martin Naville, presidente de la Cámara de Comercio Suizo-estadounidense. La Unión Europea viene presionando a Suiza para que levante el secreto bancario luego de descubrir un multimillonario fraude fiscal con clientes alemanes que depositaron sus ahorros en cuentas del principado de Liechtenstein y que también habrían colocado parte de sus fondos en la vecina Suiza.

Pero la realidad muestra que tuvo que llegar una crisis como la actual para que los países desarrollados, necesitados de grandes sumas de dinero para financiar los paquetes de ayuda, se pusieran a controlar la evasión fiscal y a ejercer presiones para levantar el secreto bancario en varios paraísos offshore.

Fuente: El Cronista

No hay comentarios: