sábado, 18 de octubre de 2008

Panico Bursatil

Tras la masiva respuesta de los gobiernos de Europa y Estados Unidos para detener la crisis –inyecciones de capital público en los bancos, garantías para las obligaciones bancarias, baja coordinada de tasas de interés y provisión de liquidez ilimitada de dólares a los bancos centrales- el mercado monetario comenzó a mostrar leves señales de mejora.

La normalización del mercado monetario de corto plazo es la principal prioridad hoy para los banqueros centrales que buscan que se restablezca lo más rápido posible el mecanismo de transmisión de crédito.

Si bien las medidas monetarias, fiscales y regulatorias deberían impedir una depresión como la de los años 30 –el PBI de Estados Unidos se contrajo más de un 25% entre 1929 y 1933- la probabilidad de una recesión fuerte no puede todavía ser descartada. A la suba en el costo de financiamiento y la caída en el precio de las casas se suma ahora el efecto riqueza negativo por la caída en el precio de las acciones y el impacto sobre las exportaciones por la desaceleración de los mercados emergentes.

Si continúa la mejora en los indicadores monetarios podría pensarse que lo peor de la crisis habría quedado atrás y el mercado comenzaría a moverse más lateralizado al compás de los indicadores económicos y de los resultados corporativos. Sobre todo estará atento a las revisiones que se realicen en las ganancias esperadas para los próximos trimestres.

La caída del precio de los commodities y la apreciación del dólar respecto de la moneda de los principales socios comerciales son la principal preocupación y cómo se definan los niveles de ambas variables una vez pasado el tsunami financiero será determinante para la conformación de los escenarios para el 2009.

Si bien el peso argentino en términos nominales no se había apreciado como el euro y las monedas de la región, la inflación creciente había ido llevando a una apreciación en términos reales de la moneda local en relación con el dólar. Hasta que se desató la crisis en septiembre, la suba del euro y el real le habían permitido a Argentina amortiguar el impacto de la apreciación real respecto del dólar.

Dentro de este contexto, el dólar operó relativamente estable esta semana ante la mayor oferta de divisas de los exportadores y de las empresas. Pero las tasas subieron reflejando la mayor tendencia a la dolarización de portafolios y los bonos se desplomaron ante el continuo desarme de posiciones y la incertidumbre sobre el financiamiento de 2009. La baja de los títulos se potenció el viernes con la publicación de los datos de actividad del mes de agosto que mostraron una desaceleración mayor a lo esperado.

No hay comentarios: