miércoles, 3 de septiembre de 2008

Mientras busca su piso, China se acerca a valores razonables

Poco sorprende el fuerte retroceso observado por los índices chinos en los últimos meses. Una mayoría creciente de analistas venía advirtiendo meses antes del cambio de tendencia una burbuja que noquearía a más de un inversor encantado por el éxito.

Una economía creciendo muy por encima del resto del mundo, una nación en busca de su gloria perdida y las nuevas oportunidades económicas y comerciales de la globalización fueron, entre otros, los factores que impulsaron la tremenda suba previa al derrape actual.

Como suele suceder en estos casos, los argumentos razonables sobre crecimiento económico y perspectivas futuras supieron ir dejando lugar a la especulación habitual en los mercados financieros. Todo el mundo quería invertir en China porque China subía, y China subía porque todos compraban.

Sin embargo, estos procesos no duran para siempre: cotizando a 40 veces sus ganancias, las acciones del gigante asiático se encontraban en niveles cada vez más susceptibles a una contracción, fenómeno que finalmente sucedió.

Con la crisis financiera, los inversores recordaron los conceptos de riesgo e incertidumbre. Y tomaron conciencia de que China sigue siendo un país emergente, con significativos problemas regulatorios, inflacionarios y sociales.

Por lo pronto, el índice Shanghai Composite sufrió una caída de más del 50% desde comienzos de la crisis financiera y no da señales ciertas de haber encontrado su piso.

Oportunidades futuras

Quienes pretendan tomar posiciones en China, seguramente encontrarán mejores oportunidades en la actualidad, con el mercado cotizando a 20 veces ganancias. No obstante, será conveniente tener en cuenta que aún se desconoce el alcance del presente ajuste en la economía y los mercados del gigante oriental. Y mucho menos se sabe acerca del tiempo que podría demandar la esperada recuperación.

China es una economía fuertemente manufacturera. A diferencia de las economías desarrolladas, donde predominan los servicios, la industria se presenta muy vulnerable a los ciclos económicos.

La economía de ese país posee además singularidades que la hacen única: se trata de una sociedad que apenas está dando sus primeros pasos en el mundo del capitalismo económico, con la falta de experiencia en manejo y administración de crisis que ello supone.

Así como los mercados suelen exagerar sus alzas, suelen excederse en sus caídas, por lo que resulta bastante probable que los mercados chinos terminen alcanzando niveles demasiado bajos. De producirse este escenario, se tratará de una oportunidad histórica para tomar posiciones en una economía de enorme potencial, pagando precios de liquidación.

Nos encontramos entonces en un momento muy interesante como para comenzar a evaluar las mejores oportunidades de inversión en China, para estar preparados en caso de que los precios sigan cayendo. Está claro: las oportunidades las aprovechan quienes se preparan para ellas.

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