El primer presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pagó 1.650 millones de dólares por Sidor, la siderúrgica del grupo ítalo-argentino Techint, ubicada a orillas del Orinoco. El consorcio Ternium, había fijado el precio en u$s3.600 millones.
El holding, que controlaba el 60% de Sidor, se quedará con un 10% del paquete, lo que le permitirá poseer un miembro en la junta directiva, garantizar el abastecimiento de materias primas a sus otras dos firmas en Venezuela e impedir que un competidor se siente en la principal acería caribeña.
En 1998, Techint adquirió Sidor con un pago de u$s1.200 millones en efectivo y asumió una deuda millonaria que casi pone en problemas a todo el grupo. Techint esperaba más por su porción en Sidor. Al principio se habló de u$s3.600 millones. Chávez contraofertó u$s800 millones y así se llegó al precio final de u$s1.650 millones.
En el acuerdo, Techint desiste de cualquier otro reclamo, como el de concurrir al tribunal arbitral del Banco Mundial, el CIADI. Sidor representaba un activo de singular importancia para Techint, dado que con 5 millones de las 12 millones de toneladas de acero por año que cosechan sus firmas de acero plano le permitía tallar en un negocio donde el volumen es esencial. La recientemente nacionalizada siderúrgica posibilitó el ingreso al codiciado mercado estadounidense. Por otra parte, la planta de Sidor casi duplica el tamaño de la argentina Siderar y le permitió a Techint un salto sideral en el negocio de los aceros planos, que son los que se destinan a la industria automotriz, la construcción y los electrodomésticos, entre otros.
Además, la acería venezolana reportaba buenos resultados: el año pasado tuvo un beneficio neto de u$s500 millones.
La firma ya comunicó que reforzará su producción en la Argentina con una nueva ampliación de Siderar y que también analizan una millonaria inversión en Brasil.
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